La Misión de Custodia Cordis, se encamina a la formación y reeducación afectiva del ser humano que ha sufrido las consecuencias de las heridas graves de su corazón. Por ello, no sólo nos ponemos al servicio de la Iglesia, sino que abrimos nuestro horizonte a tantas personas y familias que en la sociedad están insertas en esta grave desestructura afectiva.
Desde esta plataforma hecha a medida para acompañaros, después de cualquier ruptura afectiva (frente a la incomunicación, la sensación de fracaso personal o el aislamiento fruto del dolor provocado por la herida profunda), nos encaminamos hacia la reeducación de la afectividad para poder reducir las consecuencias de este sufrimiento que se carga como mochila todos los días. Con la misión también de poder prevenir tanta desestructura mediante un buen discernimiento previo al matrimonio dirigido a muchos jóvenes (y no tan jóvenes).
Por ello OFRECEMOS:
1) Ofrecer acompañamiento a la persona rota, ayudar a sanar heridas y dar formación a las familias que sufren o han sufrido separaciones matrimoniales, divorcios y nulidades matrimoniales, así como acoger a todas aquellas familias que sin haber llegado al punto de la ruptura sufren igualmente una grave desestructura interna a las resultas de reconstruir sus historias a la luz del Evangelio y evitar los procesos matrimoniales mentados.
2) Ofrecer una educación antropológica para todos los miembros de la familia.
3) Ofrecer formación en relación al tema de los hijos de tantas familias rotas. Ayudar a educar a estos hijos dentro del nuevo entorno en el que la ruptura les ha posicionado.
4) Ofrecer asistencia espiritual con sacerdotes, religiosos y laicos especializados en familias rotas.
5) Colaborar con la Iglesia en la formación previa al matrimonio como medida preventiva. Consideramos de extrema urgencia que se incentive esta educación afectiva desde edades muy tempranas y por supuesto que los cursillos prematrimoniales sean largos, como un verdadero noviciado que conciencia y prepara no sólo en el conocimiento canónico de lo que es el Sacramento del matrimonio, tanto a nivel jurídico como litúrgico, sino en un estudio profundo de la persona en toda su dimensión antropológica. A su vez, fomentar en este proceso de formación la importancia de la oración y la contemplación como esencia de la vocación a la que están llamados el hombre junto con la mujer para formar en Cristo un Consorcio de unidad de vida, entrega, aceptación del otro en una recíproca dación y recepción de un consentimiento matrimonial válido. Ayudar en la elaboración del discernimiento para la formación de un consentimiento válido para contraer el Sacramento del matrimonio.
6) Crear equipos interdisciplinares de apoyo psicológico y pastoral a las familias, formados por profesionales que ayuden al párroco o sacerdotes especializados en la pastoral de la FAMILIA.